¿HOMOXESUAL O VICIO?
Como si de una interferencia en un video se tratara, un
día mientras me masturbaba, aprecio en mi mente un pene. Quedándome paralizado
y cargado de culpa asco y odio intente analizar que había sucedido sin
encontrar sentido alguno deje pasar el tema. Yo no deseaba a los hombres y
nunca había fantaseado con tal cosa. Algo asustado por si se repetía tome las
masturbaciones de nuevo y volviendo a repetirse. No sabia deshacerme de estas
imágenes traicioneras que se me cruzaban de forma no intencionada como un
rallo. Cuanta más preocupación mostraba más aparecían, llegando a perder el
miedo para poder disfrutar de mis masturbaciones acepte el hecho de que esto
podía pasar sin implicarme directamente con pensamientos homosexuales.
Siendo un observador de los sucesos aprendí que podían
pasar estas cosas en mi intimidad sin ser buscadas voluntariamente. Supuse que
esto se debía a mi gran consumo de pornografía y que tal vez mi cabeza se
estaba volviendo loca. En pocos meses lo que en principio eran interferencias
se convirtió en una búsqueda voluntaria, ya que experimentaba la intensidad que
tenían mis orgasmos como cuando comencé a masturbarme. Aprendí que la rutina en
la masturbación había perdido intensidad
en el placer y de este modo podía recuperarla. Pero nada de esto cambiara
mi inclinación sexual. Tan solo eran pensamientos.
Un día en un WC publico de una estación de autobuses, el
señor de mi izquierda intentaba mirar por encima de mi hombro para poder ver mi
sexo. Rápidamente salí de allí molesto enfadado, me sentía violado, sentía asco
de mi mismo por ese acto de poca importancia. No olvidando el tema, de forma
involuntaria aparecía este sucedo en mis masturbaciones como cuando aparecían
penes. Lleno de confusión aprendí a retomar el intenso placer que se volvía a
disolver. Estas apariciones involuntarias en mis masturbaciones rechazadas en
un primer momento y aceptadas para intensificar el placer se convirtieron en el
nuevo juego. Tanto repetir las fantasías durante meses hizo que deseara volver
a repetir el acto del baño que tanto me dolió en un principio. Me presente en
la estación de autobuses todo nervioso dispuesto a pasar al mismo baño en
búsqueda del suceso pasado. Allí se encontraba el mismo señor como si no
hubieran pasado los días. Ocupe el mismo lugar que la vez pasada. Esta vez no
salí corriendo pero la timidez la vergüenza los nervios y la situación
provocaron una excitación nueva. Dejándome tocar por este señor. Salí de allí
espantado y huyendo de mi, para regresar a casa. A la noche analizando lo
sucedido conseguía subidón, el mismo que cuando era pequeño, es decir la
novedad. Al día siguiente me encontraba en el mismo baño con la intención de
experimentar. Quería poder disfrutar allí en el sitio, esta vez había otros
señores y todos en busca de lo mismo. Superados los nervios pude disfrutar de
unos segundos rápidos pero intensos. Frecuente el mismo W.C. durante meses
adoptando una actitud pasiva, siendo un novato. Tenia un mundo nuevo, otro
secreto, otra motivación, una nueva energía, que me llevaba todos los días a
ese baño a practicar. No siempre era sencillo existían dificultades, guardias
de seguridad, publico normal, la espera, el saber distinguir quien buscaba sexo
y quien no, esto hacia que tuviera largas esperas, los minutos se convirtieron
en ocasiones en horas. Al principio una sola vez en ese baño me bastaba y
después paso a ser varias veces al día y a horas muy diversas, el circulo
aumento y mis practicas se dispararon.
Esta practica anulo por completo todas las demás. Me
plantee mi orientación sexual, no oponiéndome a mi tardío descubrimiento homosexual,
aun no entendía bien este cambio tan inesperado. Mi obsesión por las mujeres
bajo pero no crecía una obsesión por los hombres como tenia hacia las mujeres.
A mi me gustaba esta practica de los baños tan solo.
Pasaron meses años alternos, donde me clasificaba a ratos
homosexual, bisexual, heterosexual. No sabia como etiquetarme, el caso que no
paraba, y mis practicas iban en aumento, de forma obsesiva, donde mis practicas
iban dando formas distintas con el pasar de los años. Explote todos los baños
de Madrid, me conocían y conocía a todos, algunos guardias de seguridad también
me conocían. Esta actividad se convirtió en un sustituto de la masturbación o
mejor dicho un complemento. Pero daba igual todo, había que vivir, ya había
tomado gusto a vivir la vida por el lado mas bestia.
Podría decir que las relaciones homosexuales diarias no
contaban, no parecían reales, eran un calmante en forma de mundo paralelo. Tan
solo contaban las relaciones con mujeres y poniéndome auto exigente para tener
al menos una relación semanal con una mujer distinta. No podía repetir con la
misma persona al menos eso no contaba. Calculo que entre masturbaciones y
relaciones con hombres y mujeres podría estar entre los 5 y 8 orgasmos diarios.
Mi tolerancia era bárbara, y mi sensibilidad en el miembro mínima.