miércoles, 20 de mayo de 2015

¿HOMOXESUAL O VICIO?


  
¿HOMOXESUAL O VICIO?
Como si de una interferencia en un video se tratara, un día mientras me masturbaba, aprecio en mi mente un pene. Quedándome paralizado y cargado de culpa asco y odio intente analizar que había sucedido sin encontrar sentido alguno deje pasar el tema. Yo no deseaba a los hombres y nunca había fantaseado con tal cosa. Algo asustado por si se repetía tome las masturbaciones de nuevo y volviendo a repetirse. No sabia deshacerme de estas imágenes traicioneras que se me cruzaban de forma no intencionada como un rallo. Cuanta más preocupación mostraba más aparecían, llegando a perder el miedo para poder disfrutar de mis masturbaciones acepte el hecho de que esto podía pasar sin implicarme directamente con pensamientos homosexuales.
Siendo un observador de los sucesos aprendí que podían pasar estas cosas en mi intimidad sin ser buscadas voluntariamente. Supuse que esto se debía a mi gran consumo de pornografía y que tal vez mi cabeza se estaba volviendo loca. En pocos meses lo que en principio eran interferencias se convirtió en una búsqueda voluntaria, ya que experimentaba la intensidad que tenían mis orgasmos como cuando comencé a masturbarme. Aprendí que la rutina en la masturbación había perdido intensidad  en el placer y de este modo podía recuperarla. Pero nada de esto cambiara mi inclinación sexual. Tan solo eran pensamientos. 
Un día en un WC publico de una estación de autobuses, el señor de mi izquierda intentaba mirar por encima de mi hombro para poder ver mi sexo. Rápidamente salí de allí molesto enfadado, me sentía violado, sentía asco de mi mismo por ese acto de poca importancia. No olvidando el tema, de forma involuntaria aparecía este sucedo en mis masturbaciones como cuando aparecían penes. Lleno de confusión aprendí a retomar el intenso placer que se volvía a disolver. Estas apariciones involuntarias en mis masturbaciones rechazadas en un primer momento y aceptadas para intensificar el placer se convirtieron en el nuevo juego. Tanto repetir las fantasías durante meses hizo que deseara volver a repetir el acto del baño que tanto me dolió en un principio. Me presente en la estación de autobuses todo nervioso dispuesto a pasar al mismo baño en búsqueda del suceso pasado. Allí se encontraba el mismo señor como si no hubieran pasado los días. Ocupe el mismo lugar que la vez pasada. Esta vez no salí corriendo pero la timidez la vergüenza los nervios y la situación provocaron una excitación nueva. Dejándome tocar por este señor. Salí de allí espantado y huyendo de mi, para regresar a casa. A la noche analizando lo sucedido conseguía subidón, el mismo que cuando era pequeño, es decir la novedad. Al día siguiente me encontraba en el mismo baño con la intención de experimentar. Quería poder disfrutar allí en el sitio, esta vez había otros señores y todos en busca de lo mismo. Superados los nervios pude disfrutar de unos segundos rápidos pero intensos. Frecuente el mismo W.C. durante meses adoptando una actitud pasiva, siendo un novato. Tenia un mundo nuevo, otro secreto, otra motivación, una nueva energía, que me llevaba todos los días a ese baño a practicar. No siempre era sencillo existían dificultades, guardias de seguridad, publico normal, la espera, el saber distinguir quien buscaba sexo y quien no, esto hacia que tuviera largas esperas, los minutos se convirtieron en ocasiones en horas. Al principio una sola vez en ese baño me bastaba y después paso a ser varias veces al día y a horas muy diversas, el circulo aumento y mis practicas se dispararon.
Esta practica anulo por completo todas las demás. Me plantee mi orientación sexual, no oponiéndome a mi tardío descubrimiento homosexual, aun no entendía bien este cambio tan inesperado. Mi obsesión por las mujeres bajo pero no crecía una obsesión por los hombres como tenia hacia las mujeres. A mi me gustaba esta practica de los baños tan solo. 
Pasaron meses años alternos, donde me clasificaba a ratos homosexual, bisexual, heterosexual. No sabia como etiquetarme, el caso que no paraba, y mis practicas iban en aumento, de forma obsesiva, donde mis practicas iban dando formas distintas con el pasar de los años. Explote todos los baños de Madrid, me conocían y conocía a todos, algunos guardias de seguridad también me conocían. Esta actividad se convirtió en un sustituto de la masturbación o mejor dicho un complemento. Pero daba igual todo, había que vivir, ya había tomado gusto a vivir la vida por el lado mas bestia.
Podría decir que las relaciones homosexuales diarias no contaban, no parecían reales, eran un calmante en forma de mundo paralelo. Tan solo contaban las relaciones con mujeres y poniéndome auto exigente para tener al menos una relación semanal con una mujer distinta. No podía repetir con la misma persona al menos eso no contaba. Calculo que entre masturbaciones y relaciones con hombres y mujeres podría estar entre los 5 y 8 orgasmos diarios. Mi tolerancia era bárbara, y mi sensibilidad en el miembro mínima.





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