lunes, 27 de abril de 2015


EL AUTOENGAÑO DE DON JUAN

Que difícil  ha sido identificar admitir que ser un Don Juan un conquistador era parte de mi adición. Pensaba que conquistar era una energía positiva, bonita, por hacer sentir bien a la otra persona a la conquistada, la cuidaba, le hacia reír, sentirse importante, crecer, la iluminaba, ¿pero con que sentido?. Para un único y exclusivo fin. Para tener sexo con ella, para que me acompañara a un local de intercambio o para visitar zonas de cruising o para compartirla con un amigo o con un fin similar, con una finalidad cruel, tanto que la energía positiva se apagaba de inmediato. 
Lo que me costaba admitir era mi fin y mi autoengaño solo veía lo positivo de ser un conquistador para sentirme bien. Pero el auto análisis de los años ha hecho que viera la realidad.

He sido durante toda mi vida un galán, un conquistador,  un lava cerebros, mujer que conocía en unas horas terminaba en mi cama y en unos días en la cama de quien yo quería. No soy guapo, ni rico, pero el deseo de obtener los beneficios del placer al precio q fuera han hecho que adoptara para la conquista la personalidad necesaria, me interesaba sus inquietudes mostrando mucho interés, me convertía en su pañuelo, o su padre o  sicólogo, su amigo o su hermano, le tendía mi mano, paciencia toda la necesaria,  serenidad falsa,  demostraba inteligencia, enamoraba si fuera necesario, en definitiva, ser un buen samaritano, un osito, un cordero y lo había dentro era un lobo. A la espera de que abriera su corazón para yo entrar y robar su sexo.  Dejándola en ocasiones herida en contra de mi voluntad. Esta practica la he realizado en todo momento de mi vida aprovechando toda oportunidad que se me presentara. Pido perdón a todas y cada una de ellas si se han sentido usadas. Que Dios las bendiga a cada una de ellas. Lo siento no volveré a cometer el mismo error.





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