viernes, 10 de abril de 2015

LA PORNOGRAFIA COMO CONFIRMACION
Muy niño aun se podría decir, jugaba con mis primos. Nos encantaba jugar. Su casa era muy propicia para ello, era grande y los adultos siempre estaban trabajando, nunca se acababa la diversión. El afán descubridor de los niños no tiene limites, ni entiende de privacidad. Por ello primo mayor quiso enseñarnos el secreto de su padre, lógicamente con la única intención de intentar sorprenderme. Ni mas ni menos que quería mostrar un revolver, para eso había que ir a la habitación de su padre. El descuido de un adulto dejando una revista porno en el baño, y unos niños siendo unos entrometidos por meterse en zona privada, hizo que aquella revista cayera en mis manos y llamara mi atención mucho mas que el revolver. Hoy en día sigo recordando como quede marcado por una revista donde las fotografías ocupaban el 100% de la superficie de la revista y a su vez estas fotografías estaban totalmente recubiertas por el color natural de la piel, donde para mi era difícil distinguir que era lo que estaba viendo. Tenia que parar a pensar y analizar para después concluir que asco mas grande lo que estaba viendo. Para mi primo la revista era normal, fijando la atención en el revolver, mi sorpresa estaba en ver algo que jamás había visto, cuerpos de personas con detalles íntimos y rodeados con flujos que producían mi rechazo. Fue un descubrimiento casual violento e inapropiado para la edad que tenia. Esta fue mi primer contacto visual.

Con un poco de más edad un familiar mío dejaba revistas pornográficas en un baño apropósito con el fin de que yo las viera. Y dentro de la intimidad del baño aprovechaba estas revistas para poder masturbarme. Pase en poco tiempo de experimentar asco a placer con la pornografía. Tendría 14 años.  Y ese mismo año un amigo y yo planeamos robar una revista porno de un kiosco de prensa en la calle.

Este fue mi comienzo en el mundo visual del sexo pornográfico. Una confirmación hacia un mundo que me daría más y más sexo. La vida siempre me ofrecía pornografía conforme pasaban los años. Llegaron los videos VHS y BETA, con ello la incorporación del cine pornográfico a la televisión publica, los viernes de madrugada siempre trasmitían alguna película. Esto superaba a las revistas, eran fotos en acción. Y mi placer era mas intenso, con 16 y 17 años era un gran consumidor de escenas porno para la masturbación. Me encantaba, el placer superaba cualquier dolor o cualquier placer mundano. Pero la tecnología avanza y llego internet, la puerta se abría de par en par. Ahora había acceso a la carta pudiendo llegar a cualquier tipo de sexo pensable. Incluso asomándome a pornografía que causaban mi rechazo o provocaban dolor como cuando era niño. Como sexo de abuso, violaciones etc. Tan solo lo veía por curiosidad de saber que había en el mundo. 
Tenia 25 años y usaba el ordenador entre otras cosas para tener sexo conmigo mismo. Años y años viendo pornografía en el ordenador, llegando a aburrirme debido a mi nivel de tolerancia. Buscando videos concretos para alcanzar con 35  años los que alcazaba hacia 10. Y sin darme cuenta del tiempo que he invertido en masturbarme he desperdiciado media vida.


No hay comentarios:

Publicar un comentario