LA PORNOGRAFIA COMO CONFIRMACION
Muy
niño aun se podría decir, jugaba con mis primos. Nos encantaba jugar. Su casa
era muy propicia para ello, era grande y los adultos siempre estaban
trabajando, nunca se acababa la diversión. El afán descubridor de los niños no
tiene limites, ni entiende de privacidad. Por ello primo mayor quiso enseñarnos
el secreto de su padre, lógicamente con la única intención de intentar
sorprenderme. Ni mas ni menos que quería mostrar un revolver, para eso había
que ir a la habitación de su padre. El descuido de un adulto dejando una
revista porno en el baño, y unos niños siendo unos entrometidos por meterse en
zona privada, hizo que aquella revista cayera en mis manos y llamara mi
atención mucho mas que el revolver. Hoy en día sigo recordando como quede
marcado por una revista donde las fotografías ocupaban el 100% de la superficie
de la revista y a su vez estas fotografías estaban totalmente recubiertas por
el color natural de la piel, donde para mi era difícil distinguir que era lo que
estaba viendo. Tenia que parar a pensar y analizar para después concluir que
asco mas grande lo que estaba viendo. Para mi primo la revista era normal,
fijando la atención en el revolver, mi sorpresa estaba en ver algo que jamás
había visto, cuerpos de personas con detalles íntimos y rodeados con flujos que
producían mi rechazo. Fue un descubrimiento casual violento e inapropiado para
la edad que tenia. Esta fue mi primer contacto visual.
Con
un poco de más edad un familiar mío dejaba revistas pornográficas en un baño
apropósito con el fin de que yo las viera. Y dentro de la intimidad del baño
aprovechaba estas revistas para poder masturbarme. Pase en poco tiempo de
experimentar asco a placer con la pornografía. Tendría 14 años. Y ese mismo año un amigo y yo planeamos robar
una revista porno de un kiosco de prensa en la calle.
Este
fue mi comienzo en el mundo visual del sexo pornográfico. Una confirmación
hacia un mundo que me daría más y más sexo. La vida siempre me ofrecía
pornografía conforme pasaban los años. Llegaron los videos VHS y BETA, con ello
la incorporación del cine pornográfico a la televisión publica, los viernes de
madrugada siempre trasmitían alguna película. Esto superaba a las revistas,
eran fotos en acción. Y mi placer era mas intenso, con 16 y 17 años era un gran
consumidor de escenas porno para la masturbación. Me encantaba, el placer
superaba cualquier dolor o cualquier placer mundano. Pero la tecnología avanza
y llego internet, la puerta se abría de par en par. Ahora había acceso a la
carta pudiendo llegar a cualquier tipo de sexo pensable. Incluso asomándome a
pornografía que causaban mi rechazo o provocaban dolor como cuando era niño.
Como sexo de abuso, violaciones etc. Tan solo lo veía por curiosidad de saber
que había en el mundo.
Tenia 25 años y usaba el ordenador entre otras cosas
para tener sexo conmigo mismo. Años y años viendo pornografía en el ordenador,
llegando a aburrirme debido a mi nivel de tolerancia. Buscando videos concretos
para alcanzar con 35 años los que
alcazaba hacia 10. Y sin darme cuenta del tiempo que he invertido en
masturbarme he desperdiciado media vida.
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